En este capítulo de Pasos de Mujer, es un poco distinto a los demás. El resto episodios, nos centramos en la historia que hay en la vida de grandes mujeres un tanto olvidadas. En este podcast lo vamos a dedicar en especial a la historia que hay detrás de una firma, la de Robert Capa.
Dale al play y descubre su historia
Robert Capa es posiblemente el fotógrafo más famoso de la historia, gracias a la forma con la que replanteó el ser reportero de guerra, con cámaras pequeñas que le permitían llegar donde no se había llegado antes. Al ser más pequeñas y manejables, algo poco común para la época, podía acercarse más. Esto provocaba que se jugase la vida para conseguir imágenes que darían la vuelta al mundo. Tenía un lema que decía algo así como, si la foto es mala es que no estás los suficientemente cerca del objetivo.
Endre Ernő Friedmann nació en Budapest el 22 de octubre de 1913. De padres judíos pero no practicantes, dueños de una elegante sastrería en la ciudad.
Durante la adolescencia participaba activamente en protestas y manifestaciones contra el régimen fascista imperante en la Hungría de la época.
En la primavera de 1931, tras la llegada al poder del dictador Horthy, Endre que entonces tenía 17 años, tenía relación con miembros del Partido Comunista. Aunque no estaba afiliado, la policía secreta lo arrestó en la casa familiar en plena madrugada. Gracias a la intervención del jefe de policía, cuya esposa era buena clienta de sastrería de sus padres, fue puesto en libertad con la condición de que abandonase Hungría en cuestión de semanas.
Pudo huir, a los 17 años se convierte en exiliado político. Se marcha exiliado a Berlín en julio de 1931.
Cuando Hitler se hizo con el poder en 1933, Endre, recordemos judío y de izquierdas, tuvo que tomar la decisión de volver por un tiempo a Budapest, a casa de sus padres, donde siguió trabajando haciendo encargos fotográficos con tan solo 20 años. Evidentemente dada la situación tardó poco en emigrar a París, donde soñaba lograr ser un reportero gráfico.
En este momento conoció a la verdadera protagonista del podcast. Endre mientras estaba en una sesión de fotografías se encontró con Gerda Taro. Rápidamente se enamoraron y comenzaron una vida juntos
Antes de continuar vamos a situarla en el tiempo y el espacio.
Gerda Pohorylle (Gerda Taro) nació en Stuttgart, Alemania, el 1 de agosto de 1910. De padres con ascendencia polaca, ella tenía doble nacionalidad.
Vivió en la ciudad alemana de Leipzig. Fue una alumna excelente, a la que se le daban muy bien los idiomas.
Cuenta la leyenda que en el club de tenis al que acudía, con 17 años, conoció a su primer amor, con quien al poco de conocerlo ya quería casarse.
Sus padres no estaban a favor, decidieron mandarla a un internado a 1.000 kilómetros en Ginebra, Suiza, donde aprendió a hablar francés.
Seis años después, en 1933, con 23 años y viviendo de nuevo en Leipzig (Alemania), Hitler se alzó con el poder, los nazis la detuvieron y encarcelaron acusada de repartir panfletos antifascistas. Aunque al verdadera razón de su detención era otra. Los nazis querían utilizarla de cebo para cazar a sus hermanos, pensaban que ellos se entregarían, algo que nunca ocurrió.
Según cuenta la leyenda el padre de Gerda fue su ángel de la guarda en prisión. Él la llevaba cigarrillos para ganarse el favor del resto de presas.
Los cigarrillos y su forma de ser la hicieron muy popular en la cárcel. Gerda estando en prisión inventó un sistema de golpes para comunicarse con otras reclusas a través de las celdas.
Gracias a la intervención de la embajada de Polonia, los nazis, que aunque ya empezaban a enviar judíos a los campos de concentración, querían entre comillas “guardar las formas” internacionalmente y la dejaron en libertad.
Al salir de la cárcel emigró a París.
A los 24 años, conoció a Endre Friedmann, que trabajaba de fotógrafo en lo que podía.
El azar hizo que estuviese buscando modelos para un anuncio de seguros que le habían encargado en una agencia fotográficat. Se fijaron en una modelo llamada Ruth amiga de Gerda para la sesión de fotos. Ruth, insegura de acudir sola a la sesión de fotos, pidió a su amiga que la acompañara. Y por casualidades del destino así fue como se conocieron.
Gerda tenía un trabajo fijo en la agencia Alliance, donde destacaba sobre el resto de empleados: hablaba varios idiomas, redactaba los pies de foto, negociaba con los clientes de todo el mundo… y, mientras, perfecciona su técnica de revelado fotográfico. Todo un ejemplo sin duda.
A la pareja les iban bastante bien las cosas. Comenzaron a vivir juntos y para dar un salto hacia adelante se inventaron un personaje llamado Robert Capa.
Endre Friedmann dejó de presentar fotos con su nombre, resultaba difícil de pronunciar en otros países y ya existían otros Friedmann famosos en la época. La idea era vender la figura de un famoso fotógrafo aventurero americano al que todo el mundo quería contratar y nadie conseguía. Gerda visitaba los despachos para vender las fotos, decía que estaba haciendo un favor ofreciéndoles primero las fotografías del huidizo Capa, cuando en realidad eran de ellos.
Gerda también decidió cambiar su apellido: de Pohorylle a llamarse Taro. En honor al pintor callejero japonés Taro Okamoto, que triunfaba en aquella época en París.
Las fotos de Robert Capa comenzaron a hacer muy famosas. Al estar realizadas con cámaras pequeñas, a diferencia de lo que era costumbre por aquellos años. Lograba instantáneas más cercanas y naturales. Impresionados, los editores compraban las fotografías y las publicaban.
Tras estallar la Guerra Civil Española, Gerda, de izquierdas convencida, vivía para una ilusión: poder retratar la victoria republicana. La revista francesa, Vu , fletó un avión rumbo a España. El viaje fue accidentado. El avión se estrelló, pero no hubo víctimas mortales.
Gerda y Endre trabajaron en España en equipo. Ambos tomaban las fotos y las firmaban como el personaje inventado: “Robert Capa”. Usaban dos cámaras: una Rolleiflex y una Leica. La pareja con frecuencia se intercambiaban las cámaras para realizar las fotografías.
En febrero de 1937, tenía ella 27 años y él 24, viajaron juntos a Andalucía. Empezaron a firmar las fotos como “Capa y Taro” ya que la pareja se empezaba a distanciar.
Cuenta la leyenda que Endre la pidió matrimonio y ella no estaba por la labor. En aquella época, en el código civil de Francia, y tantos otros países, figuraba la expresión “la esposa debe respetar y obedecer al marido”, y ella tenía otra mentalidad que no encajaba con aquella definición.
En mayo de 1937 estuvieron viviendo juntos en Valencia, cuando Endre la dejó sola para ir al frente de Bilbao. Fue entonces cuando ella, en mayo de 37, abandonó por completo la figura de Capa y empezó a firmar sus fotografías como “Gerda Taro”.
Un mes después, a finales de junio del 37, se despidieron. Endre volvió a París para vender sus fotos bajo el seudónimo de Capa y para preparar un viaje a China. Gerda desvinculada del personaje firmó sus fotos con su propio nombre.
Llegamos al 25 de julio, en Brunete, un bombardeo de la legión Cóndor de Franco, provocó que las tropas republicanas tuvieran que retirarse y Gerda huía con ellos. En aquella retirada, tuvo lugar un fatal accidente y en una caída es arrollada por uno de los carros de combate al ir marcha atrás.
Dada la situación todo apuntaba a que sus restos serian enterrados en una fosa común. Pero desde el hospital donde se encontraba el cuerpo llamaron a Rafael Alberti y a su mujer, María Teresa, dirigentes de la Alianza de Intelectuales Antifascistas. Para que pudiera recibir una sepultura digna. Alberti y su mujer trasladaron su cadáver hasta Madrid en un improvisado ataúd de madera.
Es enterrada en Paris con todos los honores. Durante décadas fue desconocida su vida y su trabajo fotográfico un tanto olvidado. Su familia murió además en el holocausto nazi. Convertida en la primera mujer fotoperiodista en inmortalizar un frente de guerra. Y desgraciadamente fue la primera en morir fotografiando un combate. Endre con el que tenía planeado reencontrarse en Francia. A su entierro llevó la fotografía “Muerte de un Miliciano”
La instantánea más representativa del trabajo firmado por Robert Capa es la titulada “muerte de un miliciano” Conocida por representar el instante justo de la muerte.
Es una de las fotografías más famosas de la historia, convertida en símbolo antibelicista y antifascista. Se publicó por primera vez en una revista francesas (Vu). Pero el reconocimiento mundial surgió cuando se publicó en Life.
Llama la atención de la fotografía el ver instante mismo de la muerte. Muchos expertos la equiparan a los cuadros de Goya en los que dibujó la batalla contra los franceses. Gracias a esta foto el personaje creado con el nombre Robert Capa se convirtió en eterno.
Posiblemente es la foto más icónica del siglo XX. La imagen del soldado cayendo en el frente tras ser alcanzado por una bala franquista es una de las más reproducidas del mundo, desde que se publicó en 1936.
La fotografía al ser firmada por el seudónimo inventado, no queda desde el principio del todo claro quién de los dos fue la persona que fotografió el instante, ya que entre ellos era muy normal que se intercambiaran las cámaras que usaban.
La verdadera autoría de las fotografías que realizaron cada uno de los miembros de la pareja, no se produjo hasta 1995 por casualidades del destino, con la aparición de la llamada “Maleta Mexicana”
En 1995 aparecen, tras 60 años de búsqueda, los negativos perdidos de Gerda Taro, Robert Capa y Chim (otro fotoperiodista que acompañaba a la pareja).
Apreció de manera casual durante una exposición de fotografías de Robert Capa en Ciudad de México. Un visitante se dio cuenta de que aquellas instantáneas, se parecían a la colección de negativos que una tía suya le había dejado hacía años como parte de una herencia. Todos los responsables de la exposición se quedaron asombrados cuando el cineasta mexicano Benjamin Tarver lo enseño. Son más de 4.500 negativos de fotografías de la Guerra Civil española hechas por Robert Capa, Gerda Taro y el fotógrafo David Seymour, “Chim”
En la “maleta mexicana” se descubre realmente a la esencia de la forma de trabajar y cómo se desarrollaron sus últimos años de vida.
El grueso de los negativos son de tres momentos clave de la Guerra Civil española: frente de Valencia y Córdoba, frente de la sierra de Madrid y la batalla de Brunete.
En 2007 Tarver entregó la totalidad de los negativos a la Fundación de los tres fotógrafos.
Las investigaciones realizadas tras la aparición de “la maleta mexicana” lograron descubrir por una parte, el lugar donde se realizó la instantánea “muerte de un miliciano”, en el Cerro del Alcaparral, en los alrededores de Córdoba. Y dar la autoría a la protagonista de nuestro podcast, Gerda Taro.
A la que esperamos haber podio explicar los pasos que dejó marcados para la historia. Su espíritu la llevó a ser, la primera mujer fotoperiodista en fotografiar un frente de guerra. Y lamentablemente también, la primera en morir fotografiando un combate. Ella fue la autora del tan afamado nombre “Robert Capa”, a la que injustamente la historia ha contado de ella que solo fue la novia de, la mujer de, cuando en realidad era una pata más del seudónimo creado por la pareja.
Ahora os toca a vosotros dejarnos vuestros comentarios, vuestras opiniones o lo que queráis, siempre eso sí… que sea bueno, en espacio de comentarios. Nos llenaría de orgullo y satisfacción que difundáis esta historia.