La compra de vinilos ya no es de coleccionistas o de gente mayor melómana. Es ya de un público masivo.
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Hace un par de décadas probablemente nadie podía pensar que los discos de vinilo iban a volver a hacerse hueco en los expositores en buena parte de las grandes superficies comerciales del país. Sin embargo sucede. Tanto es así que surgen noticias como la siguiente, que publica el periódico El País.
La fiebre por el vinilo raya a las fábricas
La elaboración de 500.000 ejemplares en el formato clásico del último disco de Adele ha puesto de manifiesto las carencias de un sector que no da abasto por la escasez de materias primas y el auge del LP.
Esta noticia representa la importancia que tiene el formato representa para la industria musical. Según desarrolla en la misma noticia.
Se compran cada vez más vinilos. En 2020 aumentó un 29,2% respecto al año anterior. Según un informe de RIAA (la Asociación de la Industria Discográfica de Estados Unidos). En marzo de 2021 por primera vez desde 1986 los ingresos generados por los LP superaron a los CD. En la primera mitad de 2021 se vendieron un 27% más que en el mismo periodo de 2020, según la misma organización. Con todo, no deja de ser un auge marginal: el 83% de los ingresos proviene del streaming.
Según coinciden todos los expertos del sector. Y siempre sin tener en cuenta al consumo de música en streaming que es el rey. La venta de vinilos es el futuro. Cada vez más grupos sacan sus ediciones en vinilo. Es más hay grupos que directamente el único formato físico de su disco lo realizan en vinilo.
La estrategia por regla general:
Sacar las canciones en streaming, debido a la facilidad que el formato permite y después sacarlo en formato físico. Se pinta esta forma de comercializar música como una manera de relanzar las canciones que un grupo o cantante saca al mercado. Aunque según cuentan todos los conocedores del sector musical. Sacar a la vez el disco en formato físico y streaming es bastante difícil. Ya que cada formato tiene unos tiempos de producción diferentes. De ahí que por ejemplo en el caso de la producción del disco de Adele provocara que se paralizase la producción de todos los demás discos.
El problema se basa en que el aumento de la demanda en la venta de vinilos provoca escasez de materiales que se necesitan. De ahí que damos el consejo: sí deseas comprar el disco de vinilo de alguien, no te lo pienses mucho porque se puede agotar rápidamente. Y pueden pasar muchos meses hasta que vuelvan a estar disponibles, sí vuele a estar disponible.
La producción de vinilos es similar a la realización de libros. Se edita un número de ejemplares en un primer momento. Y cuando se finaliza se vuelve a editar otra nueva edición del disco. A diferencia de las ediciones de libros, hay muchas fábricas de libros. En cambio de edición de vinilos no son tantas y para el autor de la música pueda volver a editar el disco en vinilo, debe guardar fila, para poder volver a tener stock a la venta del álbum.
El gran perdedor de los formatos musicales es el CD que básicamente su compra esta en caída libre. Quizás porque no aporta nada diferente al streaming. Las discográficas lo saben y por eso es habitual que las ediciones en CD incluyan libros, DVD o algún añadido para dar relevancia al CD. Algo que no sucede con la compra en ediciones en Vinilo. La compra en vinilo ya es una edición con el componente de valor extra. Los diseños de las portadas, es un formato que supone un extra en sí mismo. Es lo que hace que crezcan en ventas año tras año.
Si lo estabas pensado la compra de este formato ya no es de coleccionistas o de gente muy melómana. Es ya de un público masivo. La nostalgia que tenían los melómanos ha conquistado a más personas. El aumento en ventas sumando que muchos han descubierto que los discos de vinilo suenan de maravilla. Tener ese momento de escuchar el disco. Le da un valor añadido al escuchar canciones.
A lo que añadir que el rozamiento de la aguja provocado al pasar por encima del disco de vinilo, añade un componente armónico que permite percibir un sonido con una mayor calidez.
Los discos de vinilo tienen elaboradas portadas, son mucho más estéticas que los CDs. Los diseños de las portadas, están olvidadas completamente en el streaming. Además despiertan un afán de coleccionismo que no existe en los formatos digitales.
Recomendación para todos aquellos que estén pensados en coleccionar vinilos:
Comprar aquellos discos que os gusten.
No comprar ninguno por afán especulativo. Por pensar que aumentará su precio en el futuro. Solo comprar aquellos discos de música que queráis tener. Desde luego todos los discos en vinilo, y bien cuidados más todavía, no baja en exceso su valor en el mercado, a diferencia del CD.
Hay una clara diferencia entre escuchar una lista de reproducción en Spotify o ir a nuestra balda, sacar el vinilo que queremos escuchar, desenfundarlo, ponerlo en el tocadiscos y oír la música.
¿Cuál es la diferencia entre un disco de vinilo y un CD?
Respuesta técnica es bien sencilla, uno está grabado en formato analógico y el otro en formato digital. Los vinilos son analógicos, por lo que en teoría son la reproducción más cercana al audio original. Para convertir la onda de audio a digital, hay que convertirlas a formato digital. Hay que tener claro que en el CD, nunca se podrá almacenar toda la onda del sonido como ocurre en las señales analógicas. Algo que es inevitable a la hora de convertir una señal analógica a una digital.
A pesar de que en teoría estas pérdidas son imperceptibles por el oído humano, la gente que escucha los vinilos dicen, que el sonido tiene más profundidad.
Hacemos un paréntesis, para contar una curiosidad que rodea al tiempo de duración del CD.
¿Por qué duran máximo 74 minutos y 33 segundos?
En la respuesta se encuentra el compositor alemán Beethoven y su Novena sinfonía. En él se basan los minutos de duración de los CD actuales.
Cuando las compañías Sony y Philips se unieron a finales de los años setenta para crear un soporte óptico donde almacenar música. La capacidad del medio fue una de las primeras decisiones a tomar. El plan inicial fue fabricar un disco de 11,5 cm de diámetro y capaz de contener sesenta minutos de música, lo habitual en las cintas magnéticas que existían por aquel entonces.
Él japonés Norio Ohga, presidente de Sony, decidió cambiar la cifra en el año 1980. Amante de la música clásica, el ejecutivo solicitó extender la capacidad hasta los 74 minutos y 33 segundos para poder almacenar la interpretación más larga grabada hasta entonces, que no era la Novena sinfonía de Beethoven interpretada bajo la dirección del alemán Wilhelm Furtwängler, en 1951. Con esta nueva extensión, el disco aumentaba en tamaño a los 12,7 cm de diámetro. Al final, ambas firmas acordaron un estándar de compresión digital que en 12 cm de diámetro contuviera 74 minutos y 33 segundos de música.
Hay quien dice que la petición de Norio Ohga fue en realidad una estrategia comercial. Philips estaba más adelantada en la fabricación de discos compactos que Sony, y los japoneses querían ganar tiempo para igualar el nivel de Sony.
El caso es que esos 74 minutos y 33 segundos, se establecieron como estándar a nivel mundial, siguen vigentes aún en nuestros días. Y todo ello debido a Beethoven y a la última sinfonía completa que compuso el músico alemán.
Los vinilos son algo más que una moda.
Pese a que nuestras notas, agendas, calendarios, fotos y forma de comunicarnos son digitales, por los grandes beneficios que tiene. La venta de vinilos crece cada año. Están en auge, es una gran noticia para los músicos y aficionados de la música, pero no todo es por el sonido. Es por “ese” algo más que representan.
Dicho todo esto cabe preguntarse qué pensaran: ¿quiénes dijeron que el CD era el formato del futuro? Si hay alguna cerca que deje su opinión en los comentarios.
¿Por qué se prefiere el sonido del vinilo?
Dejando a un lado los detalles técnicos. Aficionados ensalzan el sonido analógico y agradable del vinilo, incomparable al frío sonido digital.
Hace años tener un buen equipo de música era esencial. Se invertía dinero en tocadiscos y altavoces para que el sonido fuese de la mayor calidad posible. Por eso antes las grabaciones y masterizaciones estaban muy cuidadas: la calidad de sonido era lo primordial.
En cambio en los formatos digitales, la edición del sonido está producida técnicamente para escucharse bien en cualquier tipo de reproductor. Por muy básicos que sean en cuanto a la capacidad de reproducción del sonido. La música para el CD o el streaming está emitida de manera que se pueda escuchar bien en cualquier tipo de reproductor.
En referencia a equipos de reproducción de música.
Como consejo básico para quien quiera comprar un tocadiscos:
Es importante que el reproductor tenga las tres velocidades de movimiento del vinilo. Que son 33, 45 y 78 rpm. Ya que cada disco de vinilo está diseñado para que se escuche con una velocidad especifica de movimiento del plato.
No rebanarse el cerebro en pensar que tocadiscos es mejor o peor. Adquirir aquel que podáis pagar y al menos al principio no invirtáis grandes sumas de dinero. Según avance el afán coleccionismo de vinilos, ya se irá mejorando el equipo, adaptándolo a las necesidades.
La gran diferencia es que el vinilo no es mejor que otros formatos.
Es que suena diferente y para muchos oídos es más agradable. Hay una demanda creciente y el trabajo que cuesta producir un vinilo es sinónimo de cuidado y trabajo en la producción y edición musical.
Como conclusión comentar que lo importante no es el formato, es la música.
Es más importante el trabajo y calidad de producción en la grabación del álbum que el formato que utilizas para disfrutarlo. De nada sirve tener el mejor equipo de sonido, con el formato más fiel, si la calidad de grabación deja que desear. La buena música es lo primordial, y todas las formas de disfrutarla son válidas.
Acabamos con una petición a los compradores de vinilos. Dejar en comentarios vuestra opinión. ¿Qué os parece escuchar música en vinilo? Contarnos vuestra experiencia o que consejo daríais a quien empieza a comprar música en vinilo. Y al recomendar el vinilo ¿por qué motivo? Quienes estéis empezando compartir vuestra experiencia.