En el podcast 10 Pasos de Mujer hablamos de la figura de Melitta Bentz. Como tantas otras no nos dirá nada, y esperamos que después de escuchar este podcast o los otros capítulos que componen Pasos de Mujer el nombre se nos quede como alguien conocido, aunque con la protagonista de este podcast es posible que el apellido no resuene familiar. Hoy consideramos habitual objetos que nos han hecho la vida más gustosa, pero los tenemos gracias a la idea novedosa que tuvo alguien. Y Melitta Bentz es un buen ejemplo de ello, ya que su paso por la historia está marcado por la invención de los filtros de café.
Amelia Auguste Melitta Liebscher nació el 31 de enero de 1873. Se casó con Johannes Emil Bentz teniendo tres hijos. Fue una mujer que decidió dedicarse al cuidado del hogar y la familia. Como cada mañana preparó la cazuela de café para toda la familia antes de que la familia se fuera a trabajar o a la escuela, pero ese día el café le quedo más amargo y espeso de lo normal. Los posos de café habían formado grumos que hacían que la infusión fuese más amarga. Definitivamente aquel café no había manera de tomarlo. Y se puso a investigar alguna manera para que no le volviera a pasar. Melitta empezó a probar diferentes alternativas para hacer que el café fuera bebible, y siempre le quedase perfecto, primero probo con bolsas de lino, pero aquello manchaba demasiado y era casi imposible de limpiar.
En la mesa del comedor vio uno de los cuadernos de ejercicios escolares de sus hijos, y viendo el papel secante que se utilizaba para evitar las manchas de tinta de las plumas de escritura, se le ocurrió que tal vez pudiera colar el café a través de aquel papel poroso. Entonces se decidió por coger una hoja que metió dentro de una lata de latón que había perforado, y coló el café.
El líquido que goteaba, poco a poco se filtró desde la lata con el filtro de papel a la taza, el resultado estaba limpio de impurezas. Y así nació el café cotidiano que hoy disfrutamos y conocemos hoy en día.
Con este invento Melitta inicio un imperio empresarial. El 20 de junio de 1908 registro la patente en la oficina de patentes del impero alemán. Y pocos meses después con una gran visión de negocio registró la empresa comercial M. Bentz. Inicio una carrera empresarial contratando a un hojalatero para fabricar los botes que sirviesen para elaborar los filtros de café. Melitta y su esposo presentaron los filtros de café en la feria de Leipsig de 1909 donde vendieron 1200 unidades.
Los primeros trabajadores de la compañía fueron los miembros de la familia. En los orígenes los filtros se fabricaban en la propia casa familiar de los Bentz, los dos hijos de la familia repartían los pedidos en carretillas mientras que el marido Hugo se dedicaba a montar los expositores en las tiendas para mostrar al público el producto.
Además creo un grupo llamado “damas de demostración”, idea que se le ocurrió del tiempo que estuvo trabajando en una tienda. Era algo muy nuevo y la gente debía ver cómo funcionaba para convencerse y comprar.
El éxito comercial de los filtros de café hizo ganar a la empresa de Melitta la medalla de oro en la Exposición Internacional de la Salud y multitud de reconocimientos de entidades comerciales. En 1912 la empresa iba tan bien que pudieron contratar a 8 trabajadores.
Pero no todo fue de color de rosas y como otras tantas cosas con el estallido de la Primera Guerra Mundial las vidas de la familia Bentz y los trabajadores que había contratado cambiaron radicalmente. El marido de Melitta y uno de los hijos fueron llamados a filas. Y Melitta se vio forzada a contar con la ayuda de su cuñado para sacar adelante la empresa, se tuvieron que reinventar para subsistir fabricando cajas de cartón durante el periodo que duro la guerra.
Con la vuelta a la normalidad que existe en las postguerras, Melitta Bentz volvió a retomar el negocio de los filtros de café. La demanda de los filtros era tan grande que tuvieron que trasladar la fábrica desde Dresden, donde estaban originalmente, a unas instalaciones más grandes en Westfalia llegando a contratar 80 trabajadores. Por aquellos tiempos la empresa ya había producido 100.000 filtros de café.
En 1930, Hugo su marido, legó su participación en la empresa al hijo mayor de la familia y la compañía pasó a llamarse Bentz & Sons. Nuestra protagonista no tardó mucho tiempo en hacer lo mismo y dejar la empresa al control total de los hijos.
Pero eso no significo que Melitta dejase de ser parte activa de la empresa que ella misma había creado. Se mantuvo muy activa con el objetivo de mejorar las condiciones laborales de sus trabajadores.
Melitta fue una mujer comprometida en los derechos laborales. En aquella época la explotación de los obreros no estaba regulada de prácticamente de ninguna manera. Lo cual provocaba el abuso de muchos empresarios que llevaban al límite de sus capacidades a los trabajadores. Ella se preocupó de que los empleados de su fábrica gozaran de unas condiciones laborales dignas, por aquellos tiempos algo inexistente. Entre las medidas que desarrollo, se incluían derechos como paga extra por Navidad, una jornada laboral de 5 días laborables a la semana con los fines de semana libres y quince días de vacaciones al año (cuando lo habitual eran de 6 al año)
No se quedó ahí en 1938 fundó Melitta Aid, un fonda social para ayudar a sus trabajadores cuando tuviesen necesidad.
La segunda guerra mundial estallo y la fábrica tuvo otro parón al recibir la orden de producir bienes para el ejército. Tras la guerra, la compañía contribuyó a un programa social con el objetivo de compensar a las víctimas de la política nazi. La producción de los filtros de café se volvió a reanudar en 1948.
Mellita Bentz pasaría a la historia por el legado empresarial líder de la fabricación de filtros de café, empresa que aún sigue existiendo en nuestros días. En esta serie Pasos de Mujer hemos hablado de la figura de Erna Schneider Hoover. Que además se la considera como referente de igualdad en la justicia laboral de los trabajadores.
Gracias a ella podemos tener en nuestras casas o en las tertulias de los bares, tazas de café perfectas y sin grumos. Melitta Bentz hizo de la necesidad de encontrar un método de elaborar café de forma eficaz un imperio empresarial, sin dejar a un lado a los empleados. Es posible que aparte de inventar un objeto que se convirtió en necesario para elaborar café, dejo un ejemplo de que cuidar a los trabajadores también forma parte de los modelos de negocio que se lleven a cabo.
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