La historia de uno de los nombres, de personajes históricos que posiblemente más ha aparecido en los periódicos e informativos en los últimos tiempos. Además gracias a ella, a Isabel Zendal se inició el fin a una pandemia gracias a las vacunas. Ella es la pieza clave del fin de la viruela.
Dale al play y descubre su historia
Isabel Zendal nació en la aldea de A Agrela, Galicia en 1773. Nacida en una familia muy pobre de campesinos. Para conseguir salir adelante y poder ganarse la vida, se fue a Coruña a trabajar en el servicio doméstico de un importante hombre de negocios de la ciudad.
Fue una gran luchadora, viuda que mantuvo a su único hijo como madre soltera en el siglo XIX. A base de mucha inteligencia y tenacidad llegó a ser rectora de La Casa de Expósitos del Hospital de Caridad de A Coruña. De donde surgieron los 22 niños huérfanos sanos que trasportaron la vacuna al otro lado del charco.
Finalizó sus días en Puebla, México, después haber estado años implicada en la propagación de la vacuna por América y otras colonias españolas. Allí, en Puebla, estableció su residencia, junto a su hijo, y trabajó como enfermera en el hospital. Vivió en esta ciudad hasta su muerte y nunca volvió a España.
La OMS la ha nombrado la primera enfermera en misión internacional.
Ella fue mucho más que una enfermera en una travesía transoceánica. Fue la protagonista, pieza clave de la expedición Balmis ella era la única capaz de mantener con vida a los 22 niños sanos que actuarían como neveras humanas para poder transportar la vacuna de la viruela.
La importancia de su huella en la historia se basa en ser parte esencial de la hazaña de erradicar por primera vez una enfermedad en el mundo gracias a las vacunas. Y bueno desde aquí os digo, entre nosotros, deseo que no sea la única pandemia que finalice gracias a las vacunas.
Ahora dicho esto pongámonos en situación sobre la viruela, fue la enfermedad más mortífera de la historia.
La viruela es podada como el ángel de la muerte. Azotó al planeta durante milenios y se estima que mató a 1 de cada 12 personas antes del descubrimiento de la vacuna. Los primeros brotes registrados de viruela parecen datar del siglo V a.C. Y no fue hasta 1980 cuando la Organización Mundial de la Salud certificó la erradicación de la enfermedad en el planeta.
Es, hasta la fecha, la pandemia más mortífera de la historia. Se estima la mortalidad de la viruela en un 30%. Las estimaciones calculan que mató a más de 300 millones de personas, unas 400.000 al año durante algunas épocas. No fue hasta la llegada de la vacuna y, sobre todo, hasta que se pudo inocular en todo el mundo cuando finalizó. Para conseguir dicha proeza entra en juego la figura de Isabel Zendal y la Real Expedición Filantrópica de la vacuna, con la Expedicion Balmis. (FIN)
Con tanta muerte producidas por la viruela y una vez conseguido crear la milagrosa vacuna que conseguiría erradicar la pandemia. Existía el reto de poder transportar la vacuna a lo largo de todo el planeta. Porque debemos tener claro, algo que no debemos de olvidar y que tuvieron claro en los principios del siglo 19. Que para salir de una pandemia ha de vacunarse todo el mundo, y así poder erradicar el virus. Terminando con su transmisión.
Para conseguir tan preciada gesta, se planeó la “Expedición Balmis” Para extender la vacuna por américa y Asia. Francisco Javier Balmis era el médico a cargo de la expedición, financiada por el rey Carlos IV. E Isabel Zendal, fue la encargada de mantener la cadena de vacunación entre los 22 niños huérfanos, sanos y sin patologías previas que tenían que portarla en su propio cuerpo. Era ella la encargada de cuidarlos por ser ella la rectora del orfanato de donde se utilizaron a los preciados 22 ángeles para portar la cura milagrosa.
En aquella época no se conocía manera de que la vacuna sobreviviera durante la larga travesía de atravesar los océanos en el viaje a América. Por lo que se decidió que fuera de humano a humano. De esta manera, y con una correcta cadena, el virus no moriría en el camino.
En un momento convulso de la época colonial, tuvo lugar la primera campaña médica internacional de la Historia.
La llamada Expedición Balmis. Representó una expedición de vacunación contra la viruela, enfermedad infecciosa que azotaba sin compasión al mundo. Millones de personas lograron salvar su vida gracias a la proeza que surgió de aquella expedición.
En 1803 Lima y Bogotá fueron territorios terriblemente atacados por el virus. Es en ese momento el medico Francisco Javier Balmis y Berenguer logra convencer al monarca Carlos IV para que pusiera lo medios necesarios. El rey Carlos IV acepto por haber vivido de cerca la enfermedad, con la muerte de su hija de tres años a causa de la viruela.
Pero claro, ¿cómo poder ejecutar semejante hazaña?
La contienda no era ninguna broma. Estamos hablando de erradicar una pandemia mundial en el siglo 19. Si ahora es complicado imaginaros entonces.
Para conseguir trasportar la tan preciada cura de la viruela se concluyó que el mejor método sería también el más elemental: llevar el virus vivo. Inoculado en los brazos de varios niños que actuarían de portadores y transmisores.
Una vez zanjado el cómo se iba a ejecutar. La expedición zarpo de A Coruña el 30 de Noviembre de 1803 a bordo del “María Pita”. En la expedición estaba Isabel Zendal que zarpó en la con la vacuna de la viruela a América. Suponiendo a la postre el punto de partida para la erradicación de la enfermedad. Ella fue la encargada de mantener viva la cadena de vacunación entre los 22 niños que la portaban y que no muriera en la travesía. Llamarme escéptico pero dada la época en la que nos encontramos es muy probable que fuese muy posiblemente la más abnegada porque absolutamente todos los niños se mantuviesen vivos.
El viaje duro dos meses. En este tiempo, los niños debían ser vacunados de dos en dos cada nueve días; de esta forma se aseguraban tener una muestra viva del virus al llegar a su destino. Además, en la expedición se transportaron multitud de materiales médicos, entre los que se encontraban millares de laminillas de cristal que servirían para conservar el suero entre cera y parafina.
A su llegada, la expedición fue recibida con todo tipo de honores, y fueron muchos los lugares que visitaron sus protagonistas. Una vez llegado al continente americano comenzó el verdadero objetivo de la misión. No solo era la vacunación, sino la enseñanza a los médicos locales para que aprendieran a utilizar la vacuna en el futuro.
Se crearon las juntas de vacunación, que servirían para llevar control de la población vacunada. En esta fase también Isabel Zendal jugó un papel importante.
Ella fue una de las protagonistas de la expedición que en 1803 consiguiendo mantener en perfecto estado a los niños, los cuales ninguno murió. Y comenzar el proceso de erradicación de la pandemia que asolaba el mundo.
Isabel Zendal fue la enfermera encargada de cuidar a los 22 niños huérfanos portadores de la vacuna consiguiendo que ninguno muriera. Velando por que la cadena de transmisión se mantuviera perfectamente y de poner en marcha el sistema de Juntas de Vacunación una vez pisada tierra firme. Así que no, su trabajo no terminó en el María Pita.
Tiempo después de llegar a América hizo una segunda travesía por el Pacífico para llevar la vacuna a Filipinas. Fue, además, eje de la logística de las Juntas de Vacunación, y de la ejecución de todo proceso de vacunación en América.
A pesar de su heroicidad siendo pieza clave de la historia ha provocado que su nombre callera en el olvido. Ya que a fin de cuentas la hazaña de Isabel Zendal no representaba ninguna hazaña bélica, que en aquellos tiempos se reflejaba en los libros de historia. Es precisamente, lo que ha hecho que caiga un poco en el olvido.
Esperamos que desde este podcast estemos dando el hueco en la historia que se merece. Demostrando como gracias a ella se pudo erradicar una pandemia mundial. Deseamos haber dado justicia dando a conocer su gran historia. Y la huella que dejó sus pasos para la historia. Y que cuando volvamos a escuchar el nombre de la Isabel Zendal, pensemos en la enfermera que consiguió extender la cura a una pandemia por el mundo.
Ahora os toca a vosotros dejarnos vuestros comentarios, vuestras opiniones o lo que queráis, siempre eso sí… que sea bueno, en espacio de comentarios.
El tema es interesante. No he escuchado el podcast, me he leído el texto. Recomiendo una revisión exhaustiva del mismo porque es muy redundante de forma, además, bastante constante (de un párrafo a otro). O bien se redacta más breve y conciso, evitando la repetición; o bien se ahonda en otros elementos de la historia, manteniendo la longitud.
Por lo demás, sí, es un personaje interesante que merece la pena recordar y que, definitivamente, merecía un hospital con su nombre. La lástima es que el hospital en cuestión, bueno, huele a pufo inmobiliario, con sus respectivos sobre costes, sus defectos inexplicables, etc. En definitiva, da la sensación que han cogido el nombre de una mujer luchadora que hizo todo cuanto estuvo en su mano por proteger la vida de 22 huérfanos, a la par que contribuir al éxito de una misión como pocas en la historia, para blanquear otras cositas. Una lástima.
Muchas gracias por el comentario, gracias por la sugerencia. Te animamos a que escuches el podcast. Saludos!