En el podcast 4 de Pasos de Mujer nos centramos en la figura de Amanda Theodosia Jones, su nombre como el de tantas otras no nos dirá nada, pero marco los pasos en la historia de lo que hoy es el envasado al vacío de alimentos.
Es un método de conservación de envasado al vacío consiste en la extracción del aire que rodea al alimento. Para ello se introduce en un recipiente o en la actualidad bolsas de plástico adecuadas y se extrae la mayor cantidad de aire posible.
Con ello se consigue una atmósfera libre de oxígeno con la que se retarda la acción de bacterias y hongos que necesitan oxígeno para sobrevivir, con lo que posibilita una mayor vida útil del producto. El tiempo de conservación en la nevera a 3ºC es de unos 21 días aunque esto varía en función de las condiciones del envasado.
Al conservar los alimentos al vacío no se alteran las propiedades químicas ni las cualidades organolépticas (color, aroma, sabor)
En la actualidad encontramos multitud de alimentos conservados al vacío, el café, el queso, toda clase de embutidos y gran variedad de hortalizas y verduras, comidas elaboradas, etc… han encontrado en el vacío un excelente modo de conservación.
Y además hay que sumar la investigación y creatividad de muchos cocineros, los cuales han dado infinidad de ricos usos, ampliando las posibilidades de lo que en su día fue únicamente un método de conservación, transformándolo de un método más de conservación en una técnica más para elaborar recetas. Pero para llegar al método de conservación. Comencemos por contaros la historia de quien marco los primeros pasos del envasado al vacío.
Amanda Theodosia Jones, nació en Nueva York el 19 de octubre de 1895, en una familia pobre que pese a no tener prácticamente recursos, siempre se empeñó en que los hijos tuviesen buena educación. Amanda destaco desde muy pequeña por su gran inteligencia lo que la llevo a ser maestra de una escuela rural con tan solo 15 años de edad. Lo que no le acompaño a lo largo de su vida fue la salud, pues enfermo de tuberculosis siendo muy joven. Pero esta situación hizo que Amanda practicara la escritura lo que la llevo a abandonar la escuela y empezar a trabajar en una revista de Cicncinati en 1984 después de que publicaran en la revista poemas escritos por ella.
La escritura nunca la abandonaría en la vida llegando a escribir multitud de libros, autobiografías y poemarios. Su poesía era reivindicativa de la figura de la mujer poniendo en valor los ideales feministas.
Es muy posible que los largos periodos que pasaba enferma la hicieran desarrollar pasión por las artes espirituales. De hecho llego a auto considerarse médium. Pero que nadie reste valor a Amanda. En la década de 1850 el espiritismo era común y está muy extendido en la sociedad que la toco vivir.
En 1869 se mudó a Chicago para comenzar a trabajar escribiendo historias de mujeres que mostraban cómo superaron los obstáculos que las vida les ponía por delante, enseñado que la valentía puede venir de cualquier persona sin importar el género.
Cuando estalló la guerra civil estadounidense compaginó la actividad como escritora con su interés por resolver problemas por medio de la innovación tecnológica. Una de estas preocupaciones tenía que ver con la conservación de los alimentos en condiciones higiénicas mejores a las que existían.
La llevo a experimentar en la conservación con frutas, verduras, carnes y postres. Hasta que dio en el clavo en 1873 patentando “jarras de envasado de frutas” Ese mismo año junto a su cuñado Leroy C. Cooley añadieron mejoras a los recipientes de envasado al vacío, y añadió un informe detallado del proceso de envasado a la patente realizada. Denominándolo: Agotamiento del aire junto a la sustitución de fluidos (Air exhaustion coupled with fluid substitution)
Pero los desarrollos tecnológicos no terminaron de producirse en la mente de Amanda Theodosia Jones. A finales del siglo XIX se empezó a utilizar el petróleo como fuente de energía. Lo que provoco que el siguiente proyecto tecnológico en el que se embarcarse nuestra protagonista fuese en cómo mejorar la forma de utilizar el zumo de dinosaurio.
Así que desarrollo un quemador de petróleo automático que permitía usar petróleo en los hornos en condiciones de seguridad para obtener vapor o fundir metales. Logro patentarlo en marzo de 1880 y siguió mejorando el prototipo a lo largo de los años.
Volviendo al método de envasado al vacío, el invento fue novedoso y Amanda recibió numerosas ofertas para ponerlo a la venta, pero ella rechazo todas las ofertas. Y fundo su propia empresa de conservas (Wommen’s Canning and Preserving Company) en Chicago, en la que solo trabajaban mujeres. Ella misma definió su empresa como:
“Esta es una industria de mujeres. Ningún hombre votará nuestras acciones, realizará transacciones comerciales, controlará nuestros libros de cuentas, se pronunciará sobre los salarios de las mujeres ni supervisará nuestras fábricas.”
Sin embargo años después finalizo la aventura emprendedora, y dejó Chicago para ir a vivir a Kansas con dos de sus hermanas, donde siguió trabajando en sus inventos para conservar y envasar de forma segura alimentos húmedos, secos, deshidratados y también líquidos. Sus propuestas iban desde la esterilización antes del enlatado hasta la deshidratación de los productos.
Y esta es la historia de una mujer que ideo los primeros pasos de los sistemas de envasado al vacío. El método que invento paso a la historia con el nombre de “método Jones” Su paso en la historia hizo que en la actualidad podamos comer alimentos y conservarlos en buenas condiciones durante mucho tiempo.
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